Construir casas y estructuras desde cero es una carrera gratificante para muchos. Sin embargo, trabajar en la construcción conlleva riesgos y factores de estrés únicos. La exposición a productos químicos nocivos, los ruidos fuertes y constantes, la manipulación de cargas pesadas y los peligros potenciales, como la caída desde un lugar elevado o las descargas eléctricas, son algunos de los riesgos diarios para millones de personas que trabajan en la construcción.
De ahí que la construcción sea el sector con uno de los mayores índices de accidentes laborales mortales, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La organización calcula que 2,3 millones de trabajadores de todo el mundo pierden la vida por accidentes y enfermedades laborales cada año.
Aunque estas cifras han mejorado en algunas partes del mundo gracias a una normativa más estricta, las empresas de la construcción deben mejorar su actuación para evitar estas devastadoras consecuencias.
Evaluación e inspección continua de riesgos
Según la Administración de Seguridad y Salud Laboral de EE.UU., la construcción tiene «cuatro fatales»: cuatro accidentes laborales comunes que causan la mayoría de los daños. Entre ellos están las caídas, los golpes con objetos, las electrocuciones y los enganches entre equipos u objetos.
Los «cuatro fatales» accidentes suelen producirse no por errores de cálculo sutiles, sino por descuidos importantes que podrían haberse evitado con una evaluación de riesgos e inspección continuas en las obras. De ahí que los directores de obra deban tener un enfoque proactivo para identificar cualquier peligro, analizar qué trabajadores sufren el mayor riesgo y aplicar procedimientos para controlarlo.
Aplicación del equipo de protección
El equipo de protección mínimo que deben llevar todas las personas presentes en una obra es el casco y las gafas de seguridad. Sin embargo, los riesgos a los que se enfrenta cada empleado de la construcción durante el trabajo son diferentes.
Una vez que los jefes de obra conocen todas las amenazas y riesgos de sus obras, deben asignar el equipo de protección adecuado a cada empleado. Los equipos de protección individual (EPI) en la construcción protegen ampliamente cinco áreas. Hay varios artículos diseñados para proteger los ojos y la cara, los pies, las manos, la cabeza y el oído.
Además, la ropa de alta visibilidad es otra estrategia esencial para reducir los riesgos de accidentes conocidos como «atropellos» o «retrocesos».
Formación rigurosa
Antes de que cualquier empleado pise una obra, es imprescindible que reciba una formación rigurosa en materia de salud y seguridad para que comprenda los riesgos y se proteja a sí mismo y a sus compañeros. Dependiendo de sus tareas y responsabilidades en la obra, podrían beneficiarse de otros cursos especializados como grúas y aparejos, seguridad contra incendios, protección contra caídas o higiene industrial.
Los directores de obra innovadores también podrían aprovechar tecnologías como la realidad aumentada y la inteligencia artificial para facilitar un proceso de formación más rápido y eficiente.
Fomentar las pausas con regularidad
En un entorno ruidoso y de alto estrés como pueden ser las obras de construcción, incluso los operadores más veteranos pueden sufrir de fatiga. Hacia el final de una larga jornada, sus reflejos pueden empezar a ralentizarse. Por ello, los jefes de obra deben asegurarse de que todos los trabajadores hacen pausas regulares para descansar y recuperarse.
Para los turnos de trabajo in situ y de guardia, la OIT recomienda un mínimo de 90 horas de descanso semanales, con al menos una ininterrumpida de 24 horas. Además, en algunas situaciones, como los turnos de alto estrés, las funciones de seguridad o el trabajo fuera de casa, los empleados de la construcción pueden tener derecho a un descanso compensatorio.
Gestionar el estrés en el trabajo
Las investigaciones demuestran que la construcción es uno de los sectores más estresantes. El 82% de los trabajadores se sienten estresados al menos una parte de sus semanas. El estrés puede desencadenar un sinfín de problemas de salud física y mental, además de aumentar el riesgo de errores.
Mientras tanto, algunos estudios confirman que hablar del estrés y compartir los sentimientos comunes puede reducir el estrés. Por eso, para crear un entorno de trabajo más seguro y potenciar el bienestar de los empleados, los directores de obra deben fomentar un diálogo saludable en sus obras.
Educar a los empleados sobre la gestión del estrés y darles formación en primeros auxilios para la salud mental puede impulsar estos esfuerzos para mejorar.
Modelos digitales para optimizar la salud laboral
Muchos ejecutivos del sector de la construcción no son ajenos a las ventajas de BIM: Ahorra gastos y tiempo, reduce los residuos y ayuda a los equipos a superar los límites de la creatividad.
Además de estas ventajas, el BIM también aumenta la seguridad. Esta herramienta de planificación permite a los arquitectos y constructores obtener una visión global de sus proyectos de construcción. Así, los equipos de planificación pueden tomar todas las medidas necesarias para evitar accidentes antes de que ocurran.
Además, no es raro que las empresas de construcción tengan una desconexión entre su sede y el lugar de trabajo. Estos casos pueden alejar a algunos empleados y comprometer su bienestar. La comunicación adecuada y la colaboración sin fisuras entre los equipos son vitales para evitar estos problemas.
Aprovechando tecnologías como BIM, los directores de obra pueden impulsar la salud laboral en la construcción y crear entornos más inclusivos, eficientes y seguros.