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Escuelas impresas en 3D para revolucionar la educación global

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Según la UNESCO, 244 millones de niños y adolescentes de 6 a 18 años en todo el mundo no asisten a la escuela. En 39 de los 99 países estudiados por el organismo, menos de la mitad de los niños de familias pobres terminan la escuela primaria.

Este problema es especialmente grave en países como Sudán del Sur, donde solo el 7 por ciento de los niños desfavorecidos terminan la educación primaria, o en Níger, donde ese porcentaje baja al 2%.

Hay una serie de factores que contribuyen a estas cifras devastadoras: las guerras o la pobreza son las principales barreras para la educación. Los niños de familias pobres pueden verse obligados a trabajar para ayudar a mantener sus hogares, o sus familias no ser capaces de pagar las matrículas, los uniformes o el material. 

Además, la falta de escuelas accesibles y de calidad, especialmente en las zonas rurales y remotas, también impide la escolarización. Largas distancias, desplazamientos peligrosos o instalaciones inadecuadas pueden desalentar a los niños a la hora de iniciar o continuar su educación. 

Cerrando la brecha: impresión 3D para la educación

Los métodos tradicionales de construcción de escuelas pueden ser lentos y costosos, particularmente en áreas con recursos limitados o un terreno difícil. Aquí es donde la impresión 3D emerge como una solución para favorecer la educación global.

La tecnología de impresión 3D permite la construcción rápida de escuelas utilizando una impresora controlada por computadora que deposita material, a menudo hormigón, para crear la estructura del edificio capa por capa.

Construcción más rápida: Escuelas terminadas en días, no en meses

Con las técnicas de construcción convencionales puede llevar meses o incluso años completar un edificio para uso escolar, dependiendo de su tamaño y complejidad. Este largo proceso retrasa el acceso de los niños a la educación. La impresión 3D ofrece una reducción drástica de ese tiempo de construcción.

Una impresora 3D, al igual que una impresora de inyección de tinta gigante, es capaz de colocar capas de mezcla, generalmente hormigón u otro material adecuado, con un diseño preprogramado. Así, permite la construcción automatizada de paredes, techos e incluso características arquitectónicas intrincadas significativamente más rápido que los métodos tradicionales de ladrillo y mortero. 

Si bien el plazo exacto depende de factores como el tamaño y la complejidad de la escuela, la impresión 3D puede construir instalaciones escolares básicas en días o incluso semanas. Esta fórmula de construcción permite una respuesta más rápida a las necesidades educativas de las poblaciones infantiles. 

Reducción de recursos, máxima sostenibilidad

Los proyectos de construcción de escuelas en áreas remotas o regiones con recursos limitados a menudo enfrentan un obstáculo importante: su alto coste. Los métodos de construcción tradicionales requieren el transporte de grandes cantidades de materiales, mano de obra cualificada y maquinaria pesada, todo lo cual puede resultar muy caro, especialmente en lugares de difícil acceso. 

La impresión 3D ofrece una solución potencial al agilizar el proceso de construcción y reducir los costes generales. A diferencia de las obras convencionales, que requieren el transporte de grandes cantidades de materiales y trabajadores, la impresión 3D utiliza un sistema controlado por computadora para colocar cantidades precisas de material, a menudo de origen local, minimizando el desperdicio. 

Esto reduce significativamente la necesidad de grandes equipos de construcción y también los costos de transporte asociados con los suministros tradicionales. Además, la flexibilidad del diseño en la impresión 3D a veces puede conducir a requisitos de base más simples, lo que aumenta el ahorro de costos.

Estirar los presupuestos de educación y construir zonas verdes

Pero los beneficios van más allá del presupuesto. La impresión en 3D permite la creación de estructuras que incorporan características como la ventilación o la integración de paneles solares durante el mismo proceso de impresión. Esta capacidad ayuda a concebir escuelas más sostenibles y energéticamente eficientes, minimizando la dependencia de fuentes de energía externas y creando un entorno de aprendizaje más saludable.

Si bien el costo inicial de las impresoras 3D en sí mismas puede ser alto, sus beneficios a largo plazo son prometedores. La reducción del desperdicio de material, la adaptación de las necesidades de mano de obra, la rebaja de los costes de transporte y el potencial de los diseños sostenibles contribuyen a hacer que las escuelas impresas en 3D sean una solución más rentable y respetuosa con el medio ambiente a largo plazo, especialmente para regiones con presupuestos limitados.

Impresión 3D: un catalizador para la educación global

El asombroso número de niños que carecen de acceso a la educación en todo el mundo es un desafío apremiante. Si bien persisten barreras paralizantes como la pobreza y la guerra, la tecnología de impresión 3D ofrece un rayo de esperanza. Al permitir la construcción de escuelas más rápidas, asequibles y sostenibles, especialmente en zonas remotas, la impresión 3D tiene el potencial de cerrar la brecha educativa y empoderar a millones de niños en todo el mundo. 

A medida que la tecnología madura y sus costos disminuyen, las escuelas impresas en 3D podrían desempeñar un papel transformador a la hora de garantizar un futuro más esperanzador para la educación.

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