^{(Photo: Archdaily)}

«Me gusta pensar en la sostenibilidad en términos de ‘sostener a las personas», decía la arquitecta nigerina Mariam Issoufou, anteriormente conocida como Mariam Issofou Kamara, en una entrevista con Domus, la icónica revista de diseño. «Al sostener a las personas, también se puede sostener el medio ambiente». Estas palabras resumen el enfoque arquitectónico que hizo que Issoufou fuera mundialmente conocida: social, sostenible y sensible.

«Ciertamente, en los países africanos no creo que la sostenibilidad sea algo que se pueda medir en términos de certificación», añadía.

La visión arquitectónica de Issoufou se encuentra en la intersección de la tradición y la innovación, donde los materiales de origen local se unen a principios de diseño de vanguardia para crear espacios sostenibles que empoderan a las comunidades.

Mariam Issoufou no solo ha diseñado edificios: ha tejido una nueva narrativa para la arquitectura africana. Su trabajo trasciende la estética, creando estructuras que no solo son bellas, sino también profundamente arraigadas en el propósito social y la conciencia medioambiental.

Una Educación Global con Sensibilidad Local

Nacida en Saint-Étienne, Francia, en 1979, su camino hacia la arquitectura no fue tradicional. Cuando Mariam Issoufou tenía solo seis años, su familia se mudó de la bulliciosa capital de Níger, Niamey, a una región más cercana al desierto del Sahara. Su nuevo hogar no estaba lejos de Agadez, una ciudad histórica fundada en el siglo XV. Durante cinco años, Issoufou exploró el desierto junto a su padre, ingeniero de minas. Sus viajes a menudo los llevaban a las profundidades de las montañas cercanas, donde se encontraron con cuevas llenas de arte prehistórico.

Tras completar su educación en universidades de Estados Unidos (Purdue, Universidad de Nueva York), Issoufou, que inicialmente se formó como informática, cofundó un grupo de diseño antes de regresar a Níger en 2014 para establecer el atelier masōmī, ahora conocido como Mariam Issoufou Arquitectos.

Obras notables de Mariam Issoufou

Su educación internacional le inculcó una perspectiva global, mientras que su herencia nigerina fomentó un profundo aprecio por los materiales y las técnicas de construcción locales. Esta mezcla única de influencias alimentó su pasión por crear una arquitectura que fuera a la vez culturalmente relevante y de impacto global. A los 45 años, Issoufou ya ha producido muchas obras notables:

• Complejo Comunitario Hikma (Dandaji, Níger): Un proyecto premiado que combina una biblioteca y una mezquita, creando un centro vital para el aprendizaje y la práctica religiosa. El diseño prioriza los espacios abiertos y utiliza materiales de origen local como el cemento y el metal reciclado.
• Mercado diario de Dandaji: Esta estructura reemplazó un mercado semanal en una aldea de Níger por uno permanente. Construido con materiales locales y sostenibles y coloridas marquesinas de metal reciclado, sirve no solo como mercado, sino también como un nuevo espacio de reunión comunitaria.
• Niamey 2000 (Niamey, Níger): Un proyecto colaborativo que implicó la construcción de un moderno complejo de apartamentos. Este edificio demuestra la capacidad de Issoufou para combinar la estética tradicional con los principios del diseño contemporáneo.
• Biblioteca Presidencial Ellen Johnson Sirleaf (Monrovia, Liberia): Esta biblioteca, dedicada al expresidente de Liberia, muestra la atención de Issoufou por la sostenibilidad al tiempo que preserva su importancia histórica. Las técnicas de construcción usadas en este edificio complementan el esfuerzo por salvaguardar el rico pasado cultural de Níger.
• Museo Bët-bi (Dakar, Senegal): Seleccionada para liderar el diseño de este nuevo museo, Issoufou tiene la oportunidad de mostrar su talento a mayor escala. Este futuro proyecto promete ser una contribución significativa al paisaje cultural de Senegal.

Construyendo un legado social y sostenible

Mariam Issoufou es un faro de esperanza, no solo para África, sino para todo el planeta. Su compromiso con el desarrollo social y la responsabilidad ambiental allana el camino para un futuro en el que los edificios sirvan no solo como estructuras, sino como catalizadores de un cambio positivo.