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Por qué no deberías prescindir del plan de mantenimiento con un presupuesto ajustado

Plan de mantenimiento

El brote de COVID-19 perturbó las estructuras económicas, sociales y políticas de todo el mundo. La pandemia está reduciendo los presupuestos de las empresas y las operaciones. Como resultado, empresas de todos los tamaños están buscando reducir costes y encontrar nuevas formas de maximizar sus recursos.

Los jefes de instalaciones que gestionan escuelas, hoteles u hospitales no son una excepción, ya que saben que cada céntimo ahorrado puede aumentar la resistencia de sus instalaciones en tiempos difíciles.

Cuando «recortar gastos» no es «ahorrar»

El ahorro es humano, y la capacidad de aprovechar al máximo los recursos disponibles es lo que ha dado a las poblaciones humanas una ventaja competitiva frente a la adversidad durante miles de años. Sin embargo, no todas las medidas de reducción de gastos son iguales. Mientras que algunos gastos son negociables, «ahorrar» puede acabar haciendo lo contrario.

Del mismo modo, para los jefes de instalaciones, aunque saltarse el plan de mantenimiento para cumplir con un presupuesto ajustado reduzca los costes a corto plazo, puede tener consecuencias más graves a largo plazo. Si no se mantienen adecuadamente, los edificios se deterioran más rápido, lo que hace que las empresas pierdan dinero, reputación y bienestar de los empleados.

Y lo que es más importante, las instalaciones bien mantenidas minimizan los riesgos de seguridad. Durante el mantenimiento anual rutinario, es posible analizar cualquier posible punto ciego y problema que pueda comprometer la seguridad. Además, el mantenimiento regular garantiza el cumplimiento de las normas y reglamentos locales de seguridad y protección.

Un plan de mantenimiento es esencial para reducir costes y aumentar la seguridad

Ya sea un riesgo de incendio, un robo o un mal funcionamiento tecnológico, un plan de mantenimiento puede diagnosticar con precisión un problema y prevenir de lo peor antes de que ocurra.

Además, incluso sin el peor de los casos, el mantenimiento regular permite a los jefes de las instalaciones tomar decisiones más rentables y responsables desde el punto de vista medioambiental.

Un mantenimiento regular y planificado permite a los jefes de las instalaciones controlar mejor su presupuesto y anticiparse a los costes en comparación con los gastos de reparación imprevistos, cuyo importe es difícil de predecir.

Por ejemplo, el mantenimiento periódico ayuda a detectar problemas de fontanería o fugas de energía, lo que ayuda a los jefes de las instalaciones a reducir las facturas de los servicios públicos. Esto puede mejorar no sólo la calidad del aire interior, sino también proteger la integridad estructural de las instalaciones. Al realizar reparaciones sencillas después del mantenimiento periódico, los gestores de las instalaciones pueden evitar daños estructurales más importantes. Éstos pueden suponer un coste mucho más elevado y pueden obligar a que la instalación deje de funcionar mientras duren las reparaciones.

¿Cómo reducir costes con tu plan de mantenimiento?

Una de las mejores formas de conseguir cumplir con el plan de mantenimiento es establecer asociaciones con empresas que se ajusten a los más altos estándares de la industria y que sean transparentes en cuanto a los productos y servicios de mantenimiento que ofrecen.

Aunque los costes sean la máxima prioridad para muchos jefes de instalaciones hoy en día, no deben olvidar que, para sus clientes, lo más importante es una comunicación sólida y unos plazos de respuesta ágiles.

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