«¿Por qué golpear una pelota con una raqueta se ha convertido en un placer tan obsesivo para tantos de nosotros?» musitó la crítica cultural, Nat Hentoff. «Me parece claro que una de las principales atracciones de este deporte es la oportunidad de liberar físicamente nuestra tensión sin ser arrestado por un delito de agresión».
Originado en un juego de balonmano del siglo XII en Francia, el tenis es uno de los deportes más populares del mundo. Desde la década de 1970, cuando los partidos comenzaron a emitirse en televisión, el tenis ganó millones de aficionados y jugadores, consolidando su amplia prevalencia. Gracias a un interés milenario, el tenis ha experimentado recientemente un nuevo auge. Sólo en los Estados Unidos, la participación en el tenis alcanzó los 18 millones.
Tanto para los aficionados como para los jugadores, el tenis es más que un simple ejercicio: es un estilo de vida apasionante. Sin embargo, ¿están los desarrollos tecnológicos al día con el continuo crecimiento del tenis y sus amantes?
Una apuesta segura: digitalizando un juego medieval
Según Andreas Munk, director general y fundador de eTennis, una plataforma que ofrece una arquitectura digital para optimizar las instalaciones de deportes de raqueta, existen algunas ineficiencias fundamentales en las prácticas tradicionales del tenis.
«La gente que juega al tenis es un público particularmente apasionado», dice Munk. «No pueden esperar a llegar a la pista, pero tienen que registrarse en la recepción, y posiblemente esperar en la cola hasta que puedan jugar. Esto le quita mucho a ese entusiasmo y amortigua la experiencia.»
Sin embargo, Munk cree que los problemas que limitan la alegría del tenis pueden ser superados con la digitalización. Su plataforma, eTennis, es una plataforma digital todo-en-uno para gestionar un club de tenis que además alivia muchas de las molestias que tanto los propietarios del club como los jugadores pueden experimentar.
Después de que eTennis permita una entrada segura a los miembros a través del teléfono móvil, los jugadores pueden proceder a sus pistas, reservadas con antelación con la misma aplicación. En lugar de aparecer en la pista y esperar una plaza libre, pueden planificar sus partidos de forma más eficiente, programar encuentros con otros miembros e incluso organizar torneos. Para aquellos que deseen mejorar el juego, pueden reservar sesiones o tiempo extra con un entrenador, y también procesar todos los pagos a través de eTennis. Gracias al acceso móvil, los jugadores de tenis ya no necesitan entregar las llaves físicas, ni pueden perderlas u olvidarlas.
Asimismo, si las instalaciones cuentan con personal y recepcionistas, la aplicación les permite mejorar el servicio general y la satisfacción del cliente respondiendo a las llamadas telefónicas y facilitando la entrada. Los capitanes de los equipos y los entrenadores de tenis también pueden estar al tanto de todo, ya que pueden ver la disponibilidad de los miembros de su equipo o de los aprendices.
Optimizar los recursos para jugadores y propietarios
«Ciertas instalaciones deportivas como las pistas de tenis y squash, o los campos de golf requieren una gran cantidad de espacio», dice Munk. «Puede ser caro y una gran carga administrativa mantener estos clubes, que a menudo son financiados por sus miembros.»
Por lo tanto, una aplicación que permite el uso más eficiente de las pistas alquilándolas en la medida de lo posible es una inversión comercial de alto rendimiento.
«La reducción de las complicaciones y la administración hacen la vida más fácil tanto para los jugadores como para los directores de las instalaciones. También hace que el negocio sea más rentable», añade Munk.
Un jugador de tenis, que ha estado jugando al tenis durante varios años, se hace eco de Munk. «Si te preparas y estás de humor para jugar al tenis, y no hay pistas disponibles en tu club, puede ser decepcionante. Poder reservar mi plaza con antelación a través de la aplicación y, en combinación con el amplio horario de funcionamiento y la facilidad de acceso, hace que mi pasión sea aún más satisfactoria», dice.
