La cadena de suministro en el ámbito de la atención médica suele ser invisible dentro de las instituciones, y solamente salta a la palestra durante las interrupciones del servicio. Precisamente tales interrupciones ponen de manifiesto una necesidad crítica: la de un modelo de seguridad física bien estructurado para mantener la estabilidad operativa de clínicas y hospitales.
La escasez de suministros, la falta de existencias o los errores logísticos pueden detener o retrasar tratamientos necesarios, lo que puede provocar graves perjuicios para los pacientes, incluso la muerte. Además, amenazas como el robo, el vandalismo y los accesos no autorizados subrayan la urgencia de que los hospitales implementen una estrategia de seguridad integral.
Pero, ¿cómo se lleva a cabo una evaluación de riesgos para desarrollar un plan de seguridad sólido? Este artículo ofrece orientación esencial sobre cómo fortalecer el marco de seguridad en entornos de atención médica, desde la identificación de componentes clave hasta la implementación de medidas prácticas.
La seguridad física en hospitales
La seguridad física es un componente crucial de la gestión hospitalaria a la hora de garantizar la seguridad y el bienestar tanto de los pacientes como del personal. Los hospitales se enfrentan a vulnerabilidades inherentes debido a la afluencia constante de personas a sus instalaciones, el alto tráfico en su interior y la necesidad de proporcionar suministros médicos de manera constante. La gestión eficaz de estas complejidades es vital para mantener un entorno seguro.
Además, la naturaleza compleja de las operaciones hospitalarias, desde la adquisición de equipos médicos y farmacéuticos hasta el manejo de datos confidenciales de los pacientes y la garantía de la seguridad estructural, plantea preguntas importantes sobre la viabilidad de adoptar unas medidas de control integrales.
Una evaluación de riesgos digitales
Los ámbitos digital y físico están muy relacionados cuando hablamos de proporcionar atención médica a gran escala. Las amenazas de ciberseguridad y los problemas de compliance plantean riesgos sustanciales dentro del sector de la salud. En el primer trimestre de 2024, una encuesta realizada a 402 instituciones sanitarias reveló que el 60% de ellas ya había sufrido ataques de ransomware, y solalo el 22% de las entidades afectadas se recuperaron por completo en una semana o menos.
Teniendo en cuenta estas estadísticas, es obligatorio realizar una evaluación anual de riesgos digitales en hospitales y centros sanitarios. Dichas evaluaciones ofrecen una forma sistemática de clasificar e identificar amenazas, lo cual permite a los gestores de los centros de atención clínica priorizar estrategias de mitigación y mejorar sus medidas defensivas.
La estrategia clave: el control de acceso
Un sistema de control de acceso sólido es fundamental para administrar y organizar la entrada a áreas hospitalarias sensibles, como habitaciones de pacientes, laboratorios, farmacias internas, quirófanos y áreas de almacenamiento de equipos. Al implementar controles de acceso personalizados, los hospitales pueden salvaguardar la privacidad del paciente y proteger la información médica de manera efectiva.
La tecnología juega un papel fundamental en su configuración. Las cámaras de seguridad estratégicamente colocadas, por ejemplo, no solo disuaden las amenazas potenciales, sino que también permiten la vigilancia en tiempo real en todas las instalaciones.
Establecer una jerarquía de acceso escalonada para los pacientes y el personal con el fin de mejorar la seguridad es un avance importante. La implementación de la verificación biométrica, como el escaneo de huellas dactilares o iris, puede proporcionar un nivel de seguridad superior. Como añadido, las tarjetas tap-and-go equipadas con autenticación de dos factores o escáneres biométricos ofrecen una protección sólida. Y si prestamos atención a los suministros hospitalarios, las etiquetas RFID (etiquetas de identificación por radiofrecuencia) pueden cumplir una función de inventario y al mismo tiempo ser identificables y trazables para investigar posibles robos o accesos indebidos.
Además, podría ser beneficioso revisar las medidas de la era de la pandemia de COVID-19, como los escáneres de imágenes térmicas para controlar las temperaturas y regular el acceso a áreas climatizadas, garantizando las condiciones de almacenamiento adecuadas para los medicamentos sensibles a la temperatura.
Barreras físicas e infraestructura de seguridad
No todas las áreas hospitalarias están libres de barreras, lo que puede resultar problemático durante las emergencias. Si la eliminación de estas barreras no es factible dentro de las modificaciones estructurales actuales, el siguiente mejor paso es implementar soluciones de monitorización que puedan alertar instantáneamente a la seguridad sobre cualquier problema derivado de ellas.
La planificación anual de la infraestructura de seguridad debe incluir diseños que sean accesibles para todos y estén equipados para un control de seguridad preciso. Es importante presupuestar estas mejoras anualmente. Además, es vital diseñar espacios teniendo en cuenta la salud mental, es decir, garantizar espacios en que las personas puedan sentirse seguras en una situación de crisis.
Preparación y respuesta ante las emergencias
La preparación para la seguridad implica el desarrollo de planes integrales para emergencias, la capacitación del personal hospitalario y el perfeccionamiento de las capacidades de respuesta a emergencias. Esto incluye el establecimiento de protocolos de comunicación, detallar los procedimientos de evacuación de pacientes y empleados, y formular planes de contingencia para garantizar la continuidad de la atención médica.
Es imprescindible realizar simulacros y sesiones de capacitación regulares, incluyendo al personal nuevo, e informar a los pacientes y visitantes mediante señalización clara. La gestión de visitantes requiere una consideración especial para garantizar que todos estén preparados ante cualquier situación.
Los hospitales también deben mantener una reserva de suministros de emergencia como medicamentos, alimentos, agua y equipos médicos, en cantidades suficientes como para resistir desastres prolongados. Además, es esencial la instalación de generadores de respaldo y suministros de agua alternativos, junto con controles periódicos para garantizar su funcionamiento durante las emergencias.
Colaboración con agencias de seguridad y autoridades
Forjar asociaciones con las fuerzas del orden y, cuando sea posible, con empresas de seguridad privada puede mejorar la capacidade de un hospital para enfrentarse a una emergencia. Un plan de respuesta coordinado, desarrollado en colaboración con estos organismos, garantiza una sólida red de seguridad.
El software empresarial utilizado para esta colaboración debe estar diseñado para la interoperabilidad y todas las partes involucradas deben probarlo y validarlo. Es recomendable hacer actualizaciones y mejoras continuas, que pueden perfeccionarse mediante ejercicios de entrenamiento conjuntos.
Programas de capacitación para empleados
Los programas eficaces de capacitación y concienciación son vitales para mantener un entorno hospitalario seguro. Una capacitación exhaustiva equipa al personal para manejar emergencias de manera hábil y responder a situaciones inesperadas de manera efectiva.
Pero no solo eso, la educación continua también ayuda al personal a mantenerse al tanto de las nuevas tecnologías y prácticas de seguridad, lo que aumenta su confianza y compromiso. Es importante que los empleados se sientan valorados e integrales para el hospital, lo cual fomenta una cultura de seguridad proactiva.
Evaluación y mejora continua de las medidas de seguridad
Para protegerse contra las vulnerabilidades y las brechas de seguridad, es esencial la evaluación continua de las medidas de seguridad dentro de la cadena de suministro del hospital. Esto incluye la realización de evaluaciones de riesgos exhaustivas, la aplicación rigurosa de protocolos de seguridad y la realización de pruebas de penetración periódicas para fortalecer la red y los marcos de seguridad.
La identificación proactiva de los posibles puntos débiles de seguridad permite una rectificación preventiva antes de que se produzca la explotación externa. La incorporación de las últimas mejoras de seguridad, como el cifrado, las etiquetas RFID o los más innovadores controles de acceso, es crucial para sostener la protección de manera continua.
Las auditorías de seguridad periódicas, las revisiones periódicas de los protocolos de emergencia y la solicitud de comentarios al personal y los usuarios son fundamentales para evolucionar y mantener medidas de seguridad efectivas en los centros de atención médica.
Un esfuerzo colaborativo
Un enfoque integral y proactivo constituye la base de un modelo de seguridad física eficaz dentro de las cadenas de suministro de atención médica. La gestión del riesgo en la atención sanitaria abarca una compleja gama de acciones clínicas y administrativas, incluidos los procedimientos, las detecciones y la supervisión, todas ellas destinadas a mitigar las posibles amenazas.
El sistema de salud consta de numerosos contribuyentes individuales, sin embargo, sus objetivos finales, como la atención y la seguridad, se logran a través del esfuerzo colaborativo. Por lo tanto, fomentar la proactividad entre todas las partes interesadas es esencial para abordar los desafíos de manera efectiva.
Es imprescindible que los administradores de hospitales reconozcan la seguridad física como un componente clave de su estrategia general de gestión de riesgos. Al cultivar una cultura de la seguridad, pueden garantizar un entorno adecuado para los pacientes, el personal y los visitantes.