La digitalización sigue afectando y alterando todos los sectores de un modo que no se creía posible. Como resultado, en la última década, el teletrabajo se ha establecido claramente como la nueva normalidad laboral. Sin embargo, ¿pueden los sectores que tradicionalmente no han sido partidarios del teletrabajo acoger estos cambios?
El teletrabajo tuvo sus inicios en el mundo de la tecnología, pero ya no es un privilegio del que sólo disfrutan los genios de la programación de las empresas tecnológicas. En la última década, gracias al aumento de la conectividad y a los cambios en las culturas de oficina, el teletrabajo aumentó un 400%. La construcción, un negocio literalmente de ladrillo y cemento que depende de las interacciones en persona, no ha respondido rápidamente a estos cambios.
Sin embargo, cualquier sector que pueda verse perturbado por la digitalización tiene un amplio margen para optimizar sus procesos y, por tanto, pasar a ser remoto. De ahí que, gracias a una serie de nuevas tecnologías, la «construcción a distancia» haya dejado de ser contradictorio. Aunque hay fases aparentes de la construcción que tendrían que hacerse in situ, la creciente digitalización permite que gran parte del trabajo se haga en remoto.
Las tecnologías de automatización permiten la construcción en remoto
El sector de la construcción sigue siendo uno de los menos digitalizados, lo que significa que la mayoría de los proyectos son mucho más caros y requieren más tiempo del que deberían. Sin embargo, en los últimos años, muchos ejecutivos del sector han adoptado las tecnologías de la construcción y la digitalización.
A estas alturas, la tecnología de la construcción, a menudo abreviada como ConTech, es una industria en auge. En concreto, los avances en big data, impresión 3D, IA y tecnologías de automatización, como los drones y la robótica, han sido objeto de una adaptación generalizada por parte de las empresas de construcción. Estas tecnologías permiten la construcción a distancia, aportando nuevas formas de que los planificadores y los trabajadores hagan menos cosas in situ y más en línea.
Además, debido a la naturaleza del trabajo, las empresas de construcción dependen de las interacciones de personas. Sin embargo, una amplia adaptación a potentes herramientas de colaboración como el BIM también puede minimizar el tiempo necesario para estar in situ. A medida que las tecnologías BIM evolucionan, los desarrolladores de software añaden nuevas funciones para potenciar las colaboraciones a distancia.
¿Es la construcción a distancia el futuro?
Aunque es poco probable que las tecnologías digitales sustituyan por completo la plantilla humana en las obras de construcción, muchos expertos prevén que la construcción remota añadirá un valor fundamental al sector.
Según Jeevan Kalanithi, director general de OpenSpace -una herramienta de análisis inteligente-, la construcción a distancia ya está desafiando las normas de un sector que es notoriamente lento a la hora de adoptar cambios tecnológicos.
En declaraciones al sitio web de tecnología ZDNet, Kalanthini describió el impacto de la construcción a distancia como «similar a la forma en que la telesalud mejorará la accesibilidad al acercar el médico al paciente».
Sin embargo, aunque la construcción no siempre ha sido digitalmente progresista, Kalanthini ya ha observado cambios positivos en este campo, que cree que continuarán.
Creemos que la «teleconstrucción» pronto despegará para ampliar la experiencia de nuestros administradores, jefes de proyecto, inspectores y jefes de obra. Si sus impresiones de la obra son de alta calidad, se puede reducir la cantidad de visitas en persona necesarias, ahorrando tiempo y dinero, además de mejorar la transferencia de conocimientos.
Jeevan Kalanithi, director general de OpenSpace
Las empresas deben adaptarse a la construcción digital
No cabe duda de que el creciente apetito por la digitalización beneficiará al sector de la construcción de manera incalculable.
En los próximos años, es probable que las empresas vanguardistas sigan buscando formas innovadoras de impulsar sus operaciones de construcción en remoto. Por lo tanto, desde los promotores hasta los distribuidores, todos los empleados de la construcción deben adaptarse a tecnologías como el BIM, la impresión 3D, los robots, los drones y los sensores en las obras.