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3 maneras de minimizar la contaminación de agua en obras

Obras sostenibles

Como industria de recursos intensivos, la construcción tiene un impacto ambiental notoriamente alto. Según algunas estimaciones, representa hasta el 40 % de las emisiones mundiales de carbono. El sector es también una fuente significativa de contaminantes. El Banco Mundial afirma que los residuos de la construcción aumentarán un 70 % para 2050 a menos que se tomen medidas urgentes para conseguir que los espacios en obras sean más sostenibles.

También es una de las industrias más intensivas en consumo de agua. Desde mezclar el hormigón hasta lavar el material o mojar las superficies secas, el agua es un recurso crucial en todas las etapas del proceso de construcción. Y, a pesar de su gran dependencia de ella, la construcción causa más incidentes de contaminación del agua que cualquier otra industria. Las masas de agua contaminadas como ríos, lagos, embalses o mares plantean algunos de los mayores problemas de salud mundial.

1.     Construir ambientes saludables con materiales no tóxicos

Cuando los proyectos de construcción utilizan materiales no tóxicos y no químicos, no sólo contaminan menos, sino que también crean entornos más saludables y agradables para los usuarios futuros.

Principalmente gracias al creciente interés en los edificios ecológicos, hay una proliferación de materiales de construcción no tóxicos. Estos incluyen cualquier elemento de madera natural, yeso de arcilla, balas de paja y argamasa.

Además, durante el proceso de construcción, los directores de obra podrían optar por alimentar la maquinaria pesada y las excavadoras con energía limpia. Si bien el diésel y aceite son algunos de los peores causantes de la contaminación del agua, las alternativas como el biodiesel y el aceite vegetal reducen los riesgos de afectar a la vida acuática.

2.     Eliminación de los desechos y escombros de la construcción de forma adecuada

En la mayoría de las economías avanzadas y emergentes, hay normas estrictas sobre la eliminación de los residuos de construcción. El incumplimiento de estas normas a menudo acarrea consecuencias legales.

Sin embargo, incluso si los directores de obra siguen estas normas, gran parte de los desechos y escombros de la construcción siguen yendo a parar a vertederos industriales, y los materiales peligrosos ponen en peligro la seguridad del agua. Para evitar que los contaminantes entren en contacto con las vías fluviales, los jefes de obra deben tener un enfoque holístico y orientado a los detalles en todas las etapas de la construcción. Algunas de estas precauciones incluyen la clasificación de residuos y su traslado a los centros de eliminación adecuados, la seguridad de todos los productos químicos para evitar derrames, y la realización de trabajos con alto contenido químico lejos de las zonas de agua.

3.     Educar a los jefes de obra para controlar la erosión del suelo

La capa superior del suelo es la que tiene el mayor nivel de actividad biológica, ya que contiene gran parte de la materia orgánica y los nutrientes para las plantas. Esta capa a menudo actúa como un filtro natural. Ayuda a regular el flujo de agua, a combatir plagas y enfermedades, y a mantener fértil la tierra.

Sin embargo, algunas fases de la construcción, como la perforación y el relleno, reducen drásticamente la calidad del suelo. Si estos sitios no están protegidos, la erosión del suelo debido a las actividades de construcción causa la contaminación de las rocas y los sedimentos. Cuando estos se encuentran con fuentes de agua naturales y arroyos, pueden contaminar irreversiblemente estos recursos.

Dado que el suelo y el hábitat natural de cada zona de construcción son únicos, existen numerosas técnicas para reducir al mínimo la alteración de la tierra y prevenir la erosión del suelo. Por lo tanto, los encargados de las obras deben analizar y comprender los riesgos de la erosión en cada lugar y mantenerse al día con las normativas regionales.

Agua limpia para un futuro brillante – Obras sostenibles

Junto con las devastadoras consecuencias para el medio ambiente y la salud pública, la mala gestión del agua en las zonas de obras de construcción puede causar graves perjuicios legales, económicos y de reputación a las empresas. Una vez que se produce un problema como tal y una obra contamina las aguas subterráneas, puede ser extremadamente difícil o imposible revertirlo.

Debido al rápido aumento de la población y la urbanización, el mundo necesita construir más de 2.000 millones de edificios en los próximos 80 años. Por lo tanto, el sector de la construcción tiene la responsabilidad ambiental más importante que nunca para mantener un planeta más limpio y vías fluviales seguras responsabilizando de conseguir una construcción sostenible.

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