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Los peligros de la IA para los arquitectos: ¿aliada o competidora?

Electronics, Hardware, Architecture

La inteligencia artificial generativa y la gestión de datos son dos de las tendencias más destacadas que moldearán el sector inmobiliario en 2024. El impacto de la IA ya ha sido significativo en los últimos años, y estudios como la encuesta global de McKinsey ratifican su creciente influencia: casi un 25% de los ejecutivos de alto nivel ya emplean regularmente herramientas de IA en su trabajo.

Además, el 40% afirma que sus organizaciones tienen previsto aumentar la inversión en IA, lo que anticipa una verdadera transformación de los modelos de trabajo, así como de la relación de fuerzas laborales. La Inteligencia artificial redefine ya la naturaleza de las industrias, en especial de aquellas que se sustentan en estos tres pilares: creatividad, productividad y eficiencia.

Según el mismo estudio, son los empleados de compañías tecnológicas y de servicios financieros los más propensos a sufrir cambios disruptivos a consecuencia de la IA. Pero no serán los únicos.

El sector inmobiliario puja desde hace tiempo por colocarse a la vanguardia, y sus empresas están dispuestas a apostar por cualquier tecnología necesaria para garantizar la máxima innovación y un creciente aporte de valor.

La IA es un elemento estratégico, y su desarrollo afecta de lleno a los arquitectos, uno de los stakeholders más importantes en múltiples facetas de esta actividad económica.

La IA, nueva musa de la arquitectura 

Al igual que en otros sectores, cómo y cuánto impactará el uso de IA en la arquitectura depende más del tipo de necesidades por cubrir que de la propia tecnología.

En la parte más creativa, la IA generativa se presenta como una potente herramienta de inspiración para la visión de los diseñadores. No solo porque el procesado de grandes cantidades de datos permite generar ideas de diseño únicas. También porque la combinación de IA con tecnología de realidad virtual y realidad aumentada posibilita visualizar diseños renderizados en segundos, con el estilo que se desee, y afinarlos en tiempo real.

En ese rol nítido de asistente, la IA no debería sustituir al arquitecto en su faceta más creativa, sino empoderarlo.

Eficiencia y control de calidad

También en la parte técnica, los modelos generados por IA se convertirán en una herramienta esencial para los profesionales de la arquitectura. Por ejemplo, para ponderar el uso de un material o una técnica de construcción determinada en diferentes contextos.

Además, resulta muy útil para valorar el rendimiento energético de un edificio desde las etapas más tempranas de su diseño. Al acceder a una completa información de aspectos como el uso de energía, la iluminación diurna o el impacto ambiental de sus componentes, se puede optimizar la gestión del proyecto y la utilización de recursos para lograr una mayor eficiencia.

Esa valoración incluye aspectos tan interesantes como el análisis de viabilidad de placas solares, el cual se realiza a partir de datos geoespaciales que predicen la radiación solar en áreas de alta exposición a lo largo del tiempo. O el mantenimiento predictivo, con el cual adelantar cuándo un equipo o componente está a punto de fallar, identificando desgastes o acumulación de residuos que requieran una intervención.

De nuevo, la IA se presenta como aliada para los arquitectos. Pero no sucede así en todos los ámbitos.

Tasaciones y valoraciones de propiedades

La inteligencia artificial será clave también en las gestiones realizadas por empresas de servicios inmobiliarios, como la valoración de activos, la realización de informes de viabilidad o el cálculo de estructuras. Tres funciones muy pegadas al trabajo menos reconocido de los arquitectos, y que sí pueden afectar a la situación laboral de estos profesionales.

Las valoraciones de propiedades brindan una información muy valiosa para inversores, propietarios y compradores. Además, a menudo son un imperativo legal para grandes tenedores como bancos o entidades financieras, obligados a presentar informes periódicos de esas valoraciones a los bancos centrales de los países donde operan.

La valoración de inmuebles ha sido tradicionalmente un proceso manual en el que participan agentes inmobiliarios y tasadores. Pero las nuevas herramientas, que consiguen analizar y procesar datos para obtener valoraciones más precisas y eficientes, amenazan con reemplazar el trabajo humano.

Al combinar datos históricos de ventas, características de la propiedad y tendencias del mercado, los algoritmos de la IA reducen el riesgo de error y el sesgo subjetivo. Y como todo ocurre mucho más rápido, se vuelve más fácil acometer cualquier toma urgente de decisiones.

Estos modelos pueden ser de un interés aún mayor para las empresas del sector cuando se trata de analizar un gran número de inmuebles. También cuando es imposible acceder físicamente a los edificios. O incluso para obtener una segunda opinión, como contrapartida a la valoración del tasador humano.

Un ‘Personal Shopper’ inmobiliario

En el caso particular de los estudios de viabilidad, estos se han convertido en vitales para orientar a compradores potenciales en la adquisición de una vivienda. Especialmente en mercados inmobiliarios tan tensionados como los que observamos en la actualidad.

La responsabilidad de estos informes recae sobre todo en arquitectos con conocimientos en normativas y leyes administrativas, quienes se encargan de evaluar las posibilidades efectivas de una vivienda: opciones de reforma, normativa, consideración de precio y estado, incluso estudios de viabilidad económica.

Gracias a su facilidad para analizar datos a una escala que supera las capacidades humanas, la IA se convierte en una fuerte competidora, capaz de realizar estos estudios con la máxima precisión y en tiempo récord.

Cálculo de estructuras

Por otra parte, para los arquitectos que asumen la responsabilidad del diseño estructural de un edificio, la IA también se convierte en mitad aliada, mitad competidora.

Los cálculos estructurales son una parte muy sensible de cualquier proyecto arquitectónico, ya que impactan en la seguridad de la construcción.

El empleo de la IA permite llevar a cabo inspecciones minuciosas y exhaustivas, y aumenta la coordinación entre los equipos, así como el control de calidad, lo que anticipa cualquier defecto o anomalía en las estructuras y elimina problemas posteriores.

La automatización de estos procesos también hace pensar en un escenario de optimización de costes que puede estrechar aún más el mercado laboral para los profesionales de la arquitectura.

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