«No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar», dijo George Bernard Shaw, el célebre dramaturgo irlandés que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1925.
Jugar es una actividad innata al ser humano; del mismo modo, que los juegos han sido una herramienta fundamental para la evolución humana. A lo largo de la historia, nos han ayudado a aprender, a crear vínculos sociales, a liberar estrés y a practicar para afrontar peligros del mundo real. Los juegos contribuyeron a nuestra supervivencia al impulsar la cooperación y la resistencia entre las diferentes poblaciones.
Gracias al desarrollo de las tecnologías digitales, los juegos pueden ayudarnos a mejorar otros aspectos de nuestras vidas, como nuestras ciudades y entornos urbanísticos.
¿Qué es la gamificación?
La gamificación, término acuñado en 2002 por el desarrollador de software británico Nick Pelling, hace referencia al hecho de añadir elementos y téncinas de juego en entornos no lúdicos con distintos fines, ya sea para fomentar la participación o hacer más agradable una actividad.
Con un mercado mundial de más de 10.000 millones de euros, la gamificación se utiliza para mejorar y optimizar casi todo, con resultados impresionantes, las empresas que aprovechan esta herramienta son siete veces más rentables que las que no lo hacen.
Gamificación urbana para un diseño participativo
La gamificación pretende implicar a todas las partes interesadas para que colaboren y participen entre sí. Hay un tipo de lugar en el que la gente se ha congregado desde el principio de la historia para hacer precisamente eso: las ciudades. De ahí que la gamificación, el diseño y la mejora de nuestras ciudades sean una combinación natural.
La gamificación urbana es un enfoque digital del diseño y la planificación de las ciudades mediante atributos como la puntuación, las competiciones y las reglas para fomentar la participación entre las personas y el entorno urbanísitico. Ofrecen igualdad de condiciones a todos los habitantes de la ciudad, independientemente de su procedencia.
Desde que este novedoso planteamiento empezó a despegar hace una década, ya ha contribuido a que el diseño urbano sea más democrático y accesible, al tiempo que ha permitido a los urbanístas comprender mejor a las personas a las que sirven.
Construir mejor «manzana a manzana»
Un ejemplo temprano y exitoso es el proyecto Block by Block, que comenzó en 2013 en Suecia y se extendió a 37 países. Su metodología aprovecha uno de los juegos más populares del mundo, el Minecraft, con el que se recaban las opiniones de todos los participantes de una forma divertida para visualizar y rediseñar las zonas descuidadas de un barrio, y convertirlas en vibrantes espacios públicos.
«Invitamos a las personas que viven alrededor de los espacios públicos, que los utilizan y que son los verdaderos expertos de cómo es su situación actual. También invitamos a todos los interesados en el proyecto: arquitectos, urbanistas, ingenieros del proyecto, etc. como asistentes clave, para que puedan escuchar a los participantes durante el taller y ver por qué dan forma al proyecto de una determinada manera», dice Eugenio Gastelum, especialista en tecnología digital y consultor del proyecto.
Sin embargo, las posibilidades de la gamificación urbana no se limitan a juegos mundialmente conocidos. Como los desarrolladores urbanos conocen las oportunidades, muchos de ellos están trabajando en diversos prototipos para aprovechar este enfoque y mejorar las ciudades.
Parques virtuales para problemas reales
Future City Playgrounds es un proyecto de la Universidad Concordia de Canadá, cuyo objetivo consiste en utilizar dicha plataforma de gamificación para provocar un sentimiento infantil de exploración y resolución de problemas entre investigadores y académicos, profesionales del diseño urbano y habitantes de las ciudades.
Un robot volador recibe a los usuarios cuando entran en la plataforma de gamificación urbana y les pregunta: «Quizá… ¿puedes ayudar? Aquí está mi último millón de dólares. Es todo lo que tengo. Haz clic por el edificio, mira a ver qué puedes hacer para que sea más eficiente en cuanto a emisiones de carbono… ¡Quizá pueda volver a ser un edificio útil! ¡Buena suerte!».
Diseño gamificado para un futuro urbano democrático
El diseño y la planificación urbana tienen que ver con la facilidad de uso, la habitabilidad y la participación. No cabe duda de que la gamificación puede ayudar a este proceso de la manera más eficaz, sobre todo ahora que las ciudades inteligentes están despegando en todo el mundo. En el futuro, es probable que en algún momento todos los residentes tengan acceso a una aplicación en la que puedan hacer aportaciones «gamificadas» sobre cómo debería planificarse su entorno para construirlo y mejorarlo de la forma más democrática.
