Urbanización

Reimaginar la resiliencia urbana a través de los activos de la comunidad

En una era de rápida transformación urbana, las ciudades se enfrentan no solo al desafío de la regeneración económica, sino también a la tarea más profunda y compleja de la recuperación cultural. ¿Cómo podemos reconstruir las urbes de manera que preserven su identidad única? ¿Cómo diseñamos no solo para la productividad o la eficiencia, sino para favorecer la resiliencia emocional, la integridad cultural y el bienestar social?

La ciudad de Liverpool ofrece una perspectiva atractiva para explorar estas cuestiones. Con una historia marcada tanto por la dificultad como por la esperanza, encarna las contradicciones de las ciudades postindustriales de todo el mundo. Sin embargo, más allá de sus desafíos se encuentra un rico tejido de fortaleza comunitaria: desde su icónica escena musical y raíces obreras hasta su humor, solidaridad y desafiante orgullo local.

El marco de Desarrollo Comunitario Basado en Activos (ABCD), formulado por John McKnight, Jody Kretzmann y desarrollado posteriormente por Cormac Russell y Nurture Development, ofrece una alternativa estratégica y ética a la planificación urbana basada en el déficit.

En lugar de partir de lo que falta o está roto, el enfoque ABCD comienza reconociendo lo que ya funciona: personas, relaciones, tradiciones, espacios e historias. Porque la infraestructura emocional, el capital comunitario y la identidad cultural de una ciudad pueden convertirse en el punto de partida para la regeneración.

Resiliencia urbana e infraestructura emocional

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La resiliencia urbana suele enmarcarse en términos de sistemas, incluyendo transporte, vivienda, sostenibilidad y energía. Pero la verdadera resiliencia también es emocional. Vive en la forma en que las comunidades resisten, se adaptan y mantienen un sentido de dignidad y pertenencia en medio de cambios estructurales.

En Liverpool, la resiliencia es más que recuperación; es reinventarse. Tras décadas de desindustrialización, aumento de la desigualdad y cambios demográficos, la ciudad ha permanecido culturalmente vibrante. Esto no es casualidad, sino un impulso que parte de respuestas arraigadas en la comunidad, incluyendo la música, el fútbol, el activismo y la solidaridad.

Los espacios públicos, los rituales comunitarios y las asociaciones de base han funcionado como una infraestructura emocional. No son simplemente lugares, sino anclas emotivas: lugares llenos de memoria y significado que ayudan a los residentes a orientarse dentro de un paisaje urbano cambiante.

Como escribe la teórica urbana Leonie Sandercock, las ciudades son "espacios legendarios": lugares donde las personas narran quiénes son y quiénes quieren llegar a ser. La infraestructura emocional es esencial para esa narrativa.

Las fortalezas, no los problemas: el marco ABCD

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El Desarrollo Comunitario Basado en Activos invierte el modelo convencional de desarrollo de las comunidades. En lugar de definirlas por sus déficits — pobreza, delincuencia, desempleo —, el marco ABCD nos invita a mapear sus activos: habilidades individuales, redes informales, espacios cívicos, cultura local y valores compartidos.

Cormac Russell, Director General de Nurture Development y defensor global del marco ABCD, expone cinco tipos de activos comunitarios:

  • Individuos: los dones, talentos y pasiones de los residentes

  • Asociaciones: grupos informales y colectivos voluntarios

  • Instituciones: escuelas, clínicas, bibliotecas, ayuntamientos

  • Activos basados en los lugares: parques, murales, edificios patrimoniales, centros vecinales

  • Conexiones: confianza, amistades e historias locales que unen a las personas

Lo que hace que el ABCD sea muy poderoso en contextos postindustriales, como el de Liverpool, es que hace la transición de la prestación de servicios al empoderamiento ciudadano. Como argumentan los investigadores Alison Mathie y Gord Cunningham, las comunidades no son clientes a contentar, sino agentes con la capacidad de liderar su propia renovación.

En términos prácticos, el ABCD pide a los líderes urbanos que escuchen atentamente antes de diseñar intervenciones. Fomenta los talleres de mapeo de activos, la narración local y los modelos de liderazgo compartido que devuelven el poder a la comunidad.

El Triángulo Báltico, Liverpool

Pocos lugares en Liverpool demuestran mejor los principios del marco ABCD que el llamado Triángulo Báltico. En su día, fue un distrito de muelles y almacenes abandonado, pero la zona se ha convertido en uno de los barrios culturales más dinámicos de la ciudad. Y no gracias a una planificación de arriba abajo, sino a la creatividad de base y un proceso de regeneración liderado por la comunidad.

Los edificios históricos se han reinventado como espacios de coworking, locales de música, estudios de arte y emprendimientos sociales. Iniciativas como Baltic Creative CIC han priorizado la asequibilidad, la libertad artística y la voz local. Cabe destacar que la zona ha resistido a la sobregentrificación mediante herramientas políticas, como el Marco de Regeneración Estratégica del Triángulo Báltico, que protege el uso cultural y el patrimonio arquitectónico.

En lugar de desplazar su identidad, el Triángulo Báltico la ha amplificado. Aquí, la regeneración no ha significado deshacerse del pasado, sino curarlo — hacer visibles las fortalezas y recuerdos existentes de la comunidad.

Del trauma a la transformación: ciudades que sanan

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La historia de Liverpool no es única. En todo el mundo, ciudades que emergen de la pérdida, el conflicto o el abandono están redefiniendo lo que significa sanar. En estos contextos, la regeneración no es solo física, sino simbólica. Implica restaurar la confianza, recuperar el espacio y recordar lo que importa a sus habitantes.

Un enfoque basado en los activos de una comunidad está inherentemente orientado a la dignidad. Fomenta el orgullo cívico, haciendo que la gente se sienta percibida y necesaria. Este cambio emocional es vital: los estudios muestran que cuando las personas creen que pueden contribuir de forma significativa a su entorno, su salud mental, confianza social y eficacia colectiva mejoran.

El marco ABCD no es una solución mágica, pero ofrece un futuro esperanzador para las ciudades que buscan resiliencia sin rupturas. Reconoce que el poder para reconstruir no reside solo en los presupuestos o la planificación urbana, sino en las historias, los talentos y las relaciones que han mantenido unidas a las comunidades desde el pasado.

Una nueva narrativa urbana

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A medida que ciudades de todo el mundo invierten en la regeneración, la cuestión ya no es tanto cómo reconstruir, sino desde dónde partir.

Hacerlo desde los déficits corre el riesgo de repetir ciclos de marginación. En cambio, centrarse en los activos —en las fortalezas de una comunidad— abre nuevas posibilidades para la recuperación colectiva y la alegría cívica.

Liverpool nos enseña que la resiliencia no reside solo en la política, sino en el lugar. En los espacios donde se encuentran generaciones, los murales que llevan la memoria, las voces que insisten: "Seguimos aquí." Ahí es donde comienza la sanación de las ciudades en crisis.

Equipo editorial dormakaba

Maria Marshall-Clarke

Maria Marshall-Clarke

María tiene una licenciatura en Derecho y Asuntos de la UE y una licenciatura en Sociología, así como un máster en Metodología de la Investigación de la Universidad de Liverpool. Con experiencia en el ámbito académico, ha trabajado como investigadora y tutora, centrándose en el bienestar en espacios urbanos y la sociología de las emociones. Actualmente, trabaja como consultora de recursos humanos y desarrolladora de talento.

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